Un enemigo brutal, el fuego |
Para empezar conviene saber qué es el fuego. Se trata de una reacción química que se inicia cuando se dan tres factores -algo que actúe de combustible, una determinada y elevada temperatura y oxígeno- en la proporción necesaria como para que aparezca una llama o una brasa. Es una reacción exotérmica, es decir, que libera energía, por lo que se propaga rápidamente siempre que se den las condiciones necesarias -es decir, que siga habiendo combustible, oxígeno y calor-.
Muy bien. Tenemos oxígeno, calor... pero, ¿Qué combustibles hay en un coche? Principalmente aceite. Sobre el del motor, aunque también hay otro tipos de lubricantes que podrían llegar a arder como el de la caja de cambios o, incluso, los líquidos de frenos, el de la dirección...
Luego está el carburante, es decir, el propio combustible que hay en el depósito del coche, ya sea gasóleo, gasolina, gas o gas natural.
También es susceptible de arder, cualquier sustancia u objeto combustible que haya introducido el conductor u otra persona en el vehículo, como acetona, alcohol...
Y, finalmente, todos los plásticos, moquetas... y elementos que forman parte del vehículo y que pueden arder.
¿Qué puede provocar un incendio en tu coche?
Vano motor
En él hay elementos que pueden superar los 100ºC con facilidad -turbo, colector de escape, bloque motor...-. Por eso, una fuga de combustible o de aceite que se derrame sobre alguno de estos elementos podría provocar un incendio.
La causa más habitual es la fuga de carburante o de aceite. Si el líquido cae sobre una superficie que esté muy caliente -como los colectores de escape-, hay muchas posibilidades de que se origine un incendio. En este caso, lo promero que verás es humo -normalmente, de color negro- e, incluso, alguna llama que asoma por debajo del capó. Conforme vaya afectando a otros sistemas -por ejemplo, el cableado del encendido-, notarás fallos en el motor, una subida en el reloj que indica la temperatura... En cuanto lo detectes, debes detenerte enseguida en un lugar seguro y tratar de sofocarlo con un extintor. Para evitar que se produzacan este tipo de incendios, vigila las posibles fugas de carburante o aceite: además de comprobar el estado de todos los manguitos en cada revisión, observa si tu coche deja manchas de aceite o gasóleo -la gasolina es más difícil de detectar, porque se evapora con rapidez- en el suelo. También, si notas que tu vehículo huele a carburante o a aceite, acude a un taller para comprobar qué ocurre.
Sistema de escape
Alcanza una temperatura tan elevada -suele superar los 200ºC- que, si entra en contacto con algún tipo de elemento que arda con facilidad -hojas secas, papel...-, podría originar un incendio.
Cuando el escape o los frenos están muy calientes, se puede producir un incendio en caso de que detengamos el vehículo sobre una zona donde haya, por ejemplo, hierba seca u hojarasca. Si los discos de freno o el escape están muy calientes -en el primer caso, basta con bajar un puerto de montaña abusando de los frenos; en el segundo, es suficiente con haber circulado durante media hora-, la hierba se puede prender con facilidad. Si esto llega a pasar, verás salir humo, normalmente de color grisáceo, de la parte inferior del coche, en este caso y, si las llamas no afectan al coche y puedes moverlo con seguridad, retíralo cuanto antes a una zona con el suelo ´limpio´. La hierba arde con mucha rapidez pero, si el foco del incendio aún es pequeño, intenta sofocarlo con un extintor, agua, tierra e, incluso, trata de taparlo con una manta -así, le quitamos oxígeno al fuego y se extinguirá-. Si no es posible, llama enseguida a los servicios de emergencia -112-. Para evitar posibles riesgos, no aparques en lugares de este tipo. Si no te queda más remedio, asegúrate de que la hierba no roza con el escape.
Incendios colindantes
Un vehículo puede arder si, por ejemplo, se incendia un bosque o un contenedor de basura próximo a él. Incendio forestal, arde un edificio, se quema un contenedor de basura... Si detectas un incendio de este tipo, retira tu coche sólo si fuese posible sacarlo con seguridad, es decir, si se trata de un incendio muy pequeño que no suponga el más minimo riesgo de quedar atrapado por las llamas en el intento o sin que el humo te intoxique; ante la menor duda, no lo intentes. COmo medida de precaución para evitar riesgos, evita aparcar en lugares como zonas con hojas secas o hierba, cubos de basura, depósitos de papel o cartón reciclado...
Si es otro coche cercano al tuyo el que comienza arder, y aunque las llamas no alcancen tu vehículo, las elevadas temperaturas pueden provocarle daños. Si tu coche se ve afectado, lo primero que ocurrirá es que los plásticos del paragolpes y los faros de tu coche comenzarán a derretirse, produciéndose también desperfectos en la pintura y en los cristales -que pueden estallar, ennegrecerse...-. Si las llamas llegan a tu vehículo, se puede incendiar por completo. Por eso, en cuanto notes que hay un incendio y si el humo y el calor no te lo impiden, y a tu coche aún no le han alcanzado las llamas, intenta alejarlo del automóvil incendiado.
No es fácil, evitar que otro coche se queme, pero puedes evitar quedarte cerca de él si te percates a tiempo de que ocurre algo raro en el coche de al lado -por ejemplo, un fuerte olor a combustible o a goma quemada-.
Sistema eléctrico
El paso de la corriente eléctrica por los cables tiende a elevar su temperatura. Una instalación defectuosa de un algún aparato -como una alarma, una radio, etc., incluyendo cables, aparato en sí...- podría hacer que se incendie con facilidad. En cualquier caso, el fallo eléctrico es una causa de incendio muy poco habitual, y se produce por un sobrecalentamiento de algún sistema eléctrico -el cableado, el propio dispositivo, que puede ser una radio...-. También puede ocurrir si, por ejemplo, un cable que lleve electricidad se rompe y roza contra una parte metálica del vehículo con la que haga ´masa´. Esto puede producir una chispa que, a su vez, provocaría un incendio si hay algo que pueda actuar de combustible. Si finñalmente se desata el incendio, notarás olor a plástico quemado y verás humo denso antes de que aparezcan las llamas. Lo que debes hacer en este caso es intentar sofocar el incendio .
Todos los sistemas eléctricos del coche cuentan con su propio fusible, que no es más que un sistema de seguridad que ´salta´ -en realidad, se rompen- al producirse alguna anomalía dejando a ese sistema sin corriente. Aún así, también es recomendable sustituir los cables y conexiones que muestren signos de deterioro -desde 30 euros en un taller-.
Un coche en su últimos segundos... |
¿Qué hacer si detecto fuego en mi coche?
Si vas circulando y comienza a producirse un incendio en el vehículo, debes seguir estos pasos:
1.- Detén el vehículo de inmediato. Mientras circulas, el aire que entre por las tomas de refrigeración del vehículo avivará las llamas. Cuanto antes te detengas, menos oxígeno alimentará el fuego... y menos se avivará. Eso sí, a ser posible, hazlo en una zona apartada de la vía... y donde no haya vegetación -lo ideal es un área de descanso-.
2.- Para el motor y quita el contacto. De esta manera, cortarás el funcionamiento de los sistemas de alimentación de combustible y aceite que, en caso de fuga, suelen funcionar como un aspersor mientras que el motor esté en marcha.
3.- Evacúa a los ocupantes. Lo ideal es que se alejen a más de 50 metros del vehículo -sobre todo para que no inhalen humos ni les afecte el calor del incendio- y que se retiren todo lo que puedan de la calzada. Además, pídeles que avisen al 112 -teléfono de Emergencias-.
4.- Extínguelo... si tienes medios y puedes hacerlo con total seguridad. Observa por dónde sale el humo para localizar el foco del incendio. Eso sí, ten mucho cuidado si se encuentra en el vano motor, pues las llamas pueden avivarse con violencia al levantar el capó. Ante la menor duda, no lo intentes y espera a la llegada de los bomberos. Si el fuego no es demasiado ´agresivo´, puedes intentar apagarlo .
Fuente: Autofácil
Si vas circulando y comienza a producirse un incendio en el vehículo, debes seguir estos pasos:
1.- Detén el vehículo de inmediato. Mientras circulas, el aire que entre por las tomas de refrigeración del vehículo avivará las llamas. Cuanto antes te detengas, menos oxígeno alimentará el fuego... y menos se avivará. Eso sí, a ser posible, hazlo en una zona apartada de la vía... y donde no haya vegetación -lo ideal es un área de descanso-.
2.- Para el motor y quita el contacto. De esta manera, cortarás el funcionamiento de los sistemas de alimentación de combustible y aceite que, en caso de fuga, suelen funcionar como un aspersor mientras que el motor esté en marcha.
3.- Evacúa a los ocupantes. Lo ideal es que se alejen a más de 50 metros del vehículo -sobre todo para que no inhalen humos ni les afecte el calor del incendio- y que se retiren todo lo que puedan de la calzada. Además, pídeles que avisen al 112 -teléfono de Emergencias-.
4.- Extínguelo... si tienes medios y puedes hacerlo con total seguridad. Observa por dónde sale el humo para localizar el foco del incendio. Eso sí, ten mucho cuidado si se encuentra en el vano motor, pues las llamas pueden avivarse con violencia al levantar el capó. Ante la menor duda, no lo intentes y espera a la llegada de los bomberos. Si el fuego no es demasiado ´agresivo´, puedes intentar apagarlo .
Fuente: Autofácil